martes, 30 de junio de 2009

Despertar junto al mar

Para mi buen amigo Juanjo Ibañez


Se enciende la hoguera
con un suspiro de brisa,
ella… la deja que prenda
y solo ve las cenizas
de consumida primavera
al ritmo de la mentira
cuando callada observa
el devenir de la vida.
Siempre fue de frente,
nunca lo hizo a escondidas,
ahora todo es diferente
y en sus sueños sumergida
se levanta de repente
desafiando a sus cuitas.
El mar le anda invitando,
se siente una heroína,
sobre la blanca arena…
bañada de espuma de mar
descalza, ella se aleja,
para no volver jamás.
En su mirada tristeza,
su boca callada está,
y en su penar la fuerza
encuentra para echar andar.
Las estrellas diminutas
alegran a su caminar,
lejos el reloj de bronce
ha dejado de sonar,
va dónde el sol se esconde,
a besar sus rayos va.
Cuando amanezca sabe
que estará junto al mar,
ligera va de equipaje,
su alma desnuda está.

domingo, 28 de junio de 2009

Mi querida niña

Dime niña de mis ojos
si se repite la historia
o si la historia sin enojo
intenta desde la memoria
hacer resumen de rastrojos
apilados en la histórica era
del destino con antojos.

Yo en destinos no creo,
en amuletos,…tampoco,
no creo en amor eterno
ni tampoco creo en lodos.
Creo en los sentimientos
engarzados poco a poco
con sensibilidad en el tiempo
y en el brillo de los ojos
cuando el néctar de los labios
se ofrecen sin sonrojo
en silenciada querencia
desinhibida de odio.

A veces, algunas veces,
hay campanadas que suenan,
no quiero que te esfuerces,
como desafinadas cuerdas
de guitarra que creen ser fuentes
de verdades absolutas
cuando la verdad está ausente,…
siendo como esa hoja que es veleta
de ese aire que la mueve.
Mi niña, cuando tu hables,
cuando quieras estar ausente,
cuando tu corazón ame
lo harás siempre de frente,…
mi niña,…que ama y vive
nunca en tu vida intentes
hacerte eco de decires
de ídolos indolentes.
Vive y compón tu propia rima,
siéntete muy indiferente
a lo que diga a escondidas
con cobardía la gente.

miércoles, 24 de junio de 2009

Te has ausentado

Te has ausentado, no te has ido
porque no hubo despedida.
Solo un hasta pronto
rompió el silencio de la noche
entre lluvia de pétalos de rosas
que formaban una alfombra
multicolor sobre la tierra húmeda.
No te has ido, solo te has ausentado
para regresar en un caballito de mar
desafiando a la incertidumbre
de espacios de futuro tiempo.
Solo te has ausentado, no te has ido,…
un hasta pronto
se repite en un incansable eco
sobre los mares en calma
a través del pensamiento.
Sé que no te has ido para siempre,…
por eso espero tu regreso.

domingo, 21 de junio de 2009

Nunca serás una más

He vuelto a recordar tiempos felices. Ando entretenida en pintar aquellas muñecas peponas que te pinté hace años. Esta vez, no son para ti, pero igualmente son para unas preciosas niñas que beberán, te lo aseguro, de la fuente natural del arte. Tú también bebiste de esa fuente y danzaste por el mundo de puntillas con miedo a romper el silencio. Guardas la armonía entre las notas musicales y las vibraciones de tu cuerpo que se manifiesta a golpe de suave movimiento.

Estuvieron, esos cuadros, expuestos sobre la pared de tu dormitorio muchos años (18 años). Ahora los guardas celosamente por si un día tuvieras que decorar la habitación de un nuevo brote de continuidad de tu ser y yo ya no estuviera para volver a hacerte nada. Los hice pensando en ti. Con gran ilusión compruebo que la lámpara de macramé y figuras de fieltro (figuras de Walt Disney) que te hice y que tanto te gustó está intacta, se conserva como el primer día….también la has guardado. Disfrutabas cuando te preguntaban dónde la habías comprado mientras le hacías girar con tus delgados y estilados dedos para que los dibujos en fieltro se plasmaran en la pared en forma de sombra. Tú sabías que no había otra igual…todo lo que hacía, aún sigo esa norma, estaba hecho con gran amor e inspiración. Para mí cada persona es única.

He vuelto a recordar aquellos momentos en que la fuente del arte me invadía para la procreación de algo inédito, plasmaba en la realidad mis sueños, y una sonrisa de felicidad se dibuja en mis labios. Te haré mas cosas, daré rienda suelta al torrente de inspiración que brota desde el fondo de tu ser y se refleja en mi alma haciendo realidad esos deseos que anhelas y que nunca te atreves a confesar. En ese aspecto somos muy parecidas. A la casita de muñecas, le faltan las cortinas…al llegar el otoño estarán colgadas sobre sus ventanales de diseño colonial. Serán únicas…serán como somos las dos. No desentonarán con las lámparas que te hice con amor y a las que tu padre, poniendo parte de su arte, hizo que iluminaran cada una de las estancias con un hermoso y difuminado encendido dando calidez a esa casita de muñecas que, siendo fabricada en serie, tu padre y yo le dimos un sello único de identidad. Esa casita, mi niña, te representa. Nadie se la llevó el día que entraron a desvalijar la casa, nadie la tocó. Yo opino que nadie es tan malvada persona como para ser capaz de robar sentimientos. Puede que sí, no lo sé mi niña, no lo sé.

Observo tu pelo aterciopelado de luz de luna cayendo en cascadas sobre tu espalda. Tus ojos con color mas negro que la noche negra, observan con suspicacia el devenir de la vida. Te observo, quiero darte un beso y tengo que elevarme en puntillas como una bailarina que comienza a bailar la danza de la vida al compás de sentimientos, en el diapasón de notas musicales escritas. Hay algo en común entre tu vida que comienza y la mía…un tanto incierta…nos envuelve realidades, una perfección soñada que buscamos como errantes palabras silenciadas. Está muy alta la luna, no podremos alcanzarla, pero en sueños bailaremos cada cual su propia danza… la bailaremos descalzas. Yo de puntillas besaré con toda mi ternura tus mejillas, casi no las alcanzo, pero te quiero, mi niña.

miércoles, 17 de junio de 2009

¿Quo vadis?

Rodeado está de estrellas
el negro manto de la noche
ella se siente estrella fugaz
que por el cielo ya recorre
caminos de gran libertad…
no renuncia a las pasiones,
tampoco su amor esconde
pues ama tanto a la vida
que la vida le responde
con una fruta prohibida
sobre sus labios de bronce.

Sueña con ser payaso,
del destino… su Quijote,
al ritmo de música clásica
sintiendo libres sus pasos
en el danzar de Cervantes
bebe agua de soledad
y el silencio le responde…
¿quo vadis?... ¿dónde vas?
se hace silencio en la noche.

martes, 9 de junio de 2009

Mi mejor regalo

Recuerdo tu nacimiento como si se tratase de ayer. Estaba presente. Me ignoraron. Desde un rincón del dormitorio lo presencié todo. Alguien decía: “es un bebé grande, hermoso”. Mamá se quejaba y yo casi no llegaba a entender lo que allí estaba sucediendo hasta que vi tu pelona cabeza, después tu cuerpo y seguidamente escuché tu llanto. Eras de un rosado perfecto. Yo me miraba las piernas y brazos bronceados por el sol y pensaba: “este bebé es como el pan recién amasado que no ha pasado por el horno aún. ¿Será rubio o moreno?” Lo supe conforme ibas creciendo. Tus ojos azules, ese color tenían en tus tres primeros meses de vida, fueron cambiando de color. Se convirtieron en luz de luna. Después, con el tiempo, observando otros nacimientos, en cada uno de ellos veía tu cara rosada, tus largas y tiernas piernas que mostraban carnosos rodetes. Escuchaba tu llanto. Te veía en cada criatura recién nacida.

En ese momento no entendía que serías un regalo que me ofrecía la vida. Otra nueva compañía que tendría en el transcurrir de los años. Muchas vivencias compartidas entre lágrimas y risas en el esfuerzo de redescubrir nuestro mundo. Poco a poco, muy lentamente, se fueron afianzando los nexos y acudimos a la llamada de inspiración que nos hacía la tierra madre.

Cerca, el río nos sonreía con sus pececitos de plata. Nos enseñó a escuchar la voz del silencio, a entender la vida labriega. Los secretos de la naturaleza no eran tales secretos para nuestras sencillas almas. De la tierra obteníamos todo lo que necesitábamos para nuestro sustento, para hacer placentero el ocio…

Recuerdo aquellos carros que fabricábamos con nuestras manos. ¿Aún puedes acordarte como las palas de las chumberas se convertían en un juguete a través de nuestras infantiles manos? Nos ayudaban las personas mayores. Cierro los ojos y te veo pintando en la tierra cerca de aquel letrero. Tu mano infantil, hábil, portaba una vara de naranjo que sustituía al lápiz. Lo mismo no lo recuerdas. Yo, mientras tanto, hacía figuras de barro que dejaba secar al sol y a veces, la mayoría de veces, las dejaba olvidadas. Una vez conseguidas, bueno mal conseguidas, perdían todo mi interés quedando relegadas al abandono. Mi pasión era sumergirme en el mundo de los sueños, el soñar despierta y el contarte aquellos alegres cuentos que te arrancaban la carcajada hasta que mamá cansada se levantaba de la cama y hacía malabarismos con su zapatilla sobre mi cama llegando a alcanzar mi cuerpo. Nunca llegué a llorar en su presencia. En esos momentos en que estoicamente aguantaba el castigo, tu mirada de estupor se escondía bajo las sábanas.

Una palangana blanca de porcelana, grande, con agua templada. El trasiego de personas mayores. Casi no entendía nada en ese momento. Yo estaba allí en un rincón presenciando tu llegada.

sábado, 6 de junio de 2009

Elecciones ¿para qué?

Para M.D.C... Bona nit (vengo repitiéndolo cada noche) y para mis dos amigos esos que guardan cola en un comedor de los llamados beneficiencia

Mi mirada se posó en la larga fila
de ese comedor atípico, pero necesario
hasta en aras de la era del progreso
y que hace funcionar a la beneficencia.
Estupefacta te vi aguardando turno,
mis pies caminaron hacia tu encuentro,
fue entonces, cuando bajaste la mirada,
avergonzada te dí la espalda con remordimiento
y pensé con resentimiento… soy una privilegiada
aun puedo poner en mi mesa alimentos.
No me avergoncé de ti, eso nunca,
sentí vergüenza de mí misma
de los grandes señores que cubren su nuca,
sentí vergüenza porque yo también
con mi voto alimento mentiras
y realidades que sangrar hacen
a las abiertas cicatrices de la injusticia.
Una lágrima rodó por mis mejillas,
era una lágrima cargada de nobles sentimientos,
compuesta por átomos de incontenida
y rechazada repulsión.
Voy a ir a tu encuentro,
te tenderé mi mano con amor…
ayer aprendí, sin saberlo tu me enseñaste,
que en política no hay color,
que todos somos muy semejantes,
que nadie es mejor ni peor,
que genera vergüenza el hambre,
que política para muchos significa sillón.
El progreso del primer mundo
también puede llegar a generar estupor.
Las bases políticas que no entablen
una lucha encarnizada de ideas
donde bailan las distintas siglas
luchando por la supervivencia,
en un intento de mantener a políticos
en un sillón, héroes de cartón piedra.
La locura, el hambre y la sinrazón
bailan la misma pieza de música
y con dosis de resignación y desazón
se mecen en la misma cuna.
Total… un voto equivale a porcentaje de sillón
y las bases…concurso de gallos de pelea.
De todo esto, las consecuencias es lo peor
mientras el político elegido mariposea
con orgullo de creerse siempre superior.
La beneficencia aumenta
las colas son de estupor
y las almas son marea
del mucho deshonor.
Siento angustia y pena
por el hambre al por mayor
por las híbridas conciencias
que votan sin condición.
Mañana se hará el concurso
de unos gallos de pelea,
tú seguirás, seguro,
en la fila que te viera.
¡Políticos de vergüenza!

miércoles, 3 de junio de 2009

María T.

Para Mayi, esa entrañable amiga que me ayudó cuando yo nada tenía. Cuando compartía ropa con quien mas he querido y me ví con los trastos en la calle. Cuando por ciertas circunstancias me ví compartiendo anorack ...el invierno era frío...ella y María su madre, me arroparon... eran el encanto de mi amada cuenca.

Abre el correo personal como lo hace habitualmente, cada mañana, mientras toma su desayuno. Se encuentra ante un mensaje de una persona en la que cree y a la que está convencida de querer. Lleva tiempo sin saber nada de su vida. Esta persona le ha demostrado que siempre ha utilizado la franqueza a la hora de expresarle sus sentimientos. Se abstuvo de adulaciones aunque se atrevió a merodear, por los márgenes del comportamiento, analizando de una manera un tanto tímida las revoluciones tormentosas de sus actuaciones. Actuó como juez principiante. Aún podía mezclar el conocimiento de la aplicación de la ley con los sentimientos que emanan de un noble corazón. Posee una virtud un poco extraña. En esta época esa virtud está, como todo lo bueno, en vías de extinción. Sonrió al leer su nombre. En su sonrisa se podía dejar entrever la huella de la tristeza. Es una pena que se pierdan con el transcurrir del tiempo esos valores. Esta niña es una joya, pensó, y desde su pensamiento, extendiendo los brazos, pudo sentir el calor humano al abrazarle en la distancia.

Siguió ojeando. El correo posterior desprendía también bellas connotaciones. Verdades como puños que no querían herirle pero que con amor, con halo de dulzura, la dulce Chaveli, hacía intentos para convencerla de que retomase la cordura.

No puede dolerme nada, pensó, cuando esas opiniones parten de corazones tan sinceros. Se transportó en el tiempo, casi a tres décadas anteriores. Allí, en su recuerdo, María recobraba vida. Era una figura de estatura mediana y de edad avanzada, menguada por el paso del tiempo. Las redondeces de su rostro, le daban un aspecto de gran afabilidad. Esa sonrisa abierta y castiza que al reír hacía que su barriga se moviera marcando el ritmo de las carcajadas.

María, nacida en la cuenca del río Almanzora, le abrió las puertas de su casa cuando mas lo necesitó. Ofrecía lo que tenía, poca riqueza material, pero una cantera inagotable en riqueza espiritual. María le tendió su mano. Ahora ella al recordarla piensa…”la gente de la cuenca tiene algo especial, mas allá de las raíces políticas, mas allá de las creencias religiosas”.

Cuando ella se encuentra con buena gente, nacida junto a los márgenes del río, piensa en María. Sabe que el río no dormita en lecho seco. El río recobra vida en la bondad del actuar de esos niños y niñas que crecen junto a su lecho de arena., acumulando experiencias y absorbiendo historias que después, de forma oral, irán trasmitiendo a sucesivas generaciones para que la tradición no se pierda. Han sido y son los portadores de sus raíces. Han sido y son enciclopedias vivientes con renglones escritos en forma de recuerdos en sus propias almas.

La puerta de casa estaba abierta. María se quedó observando el lienzo. Era un autorretrato, a medio terminar. Se podía ver, en cada trazado del pincel, la inocente técnica del joven autodidacta. Ella, no pudo reprimir lo que pensaba. En su intento de expresar el gran parecido existente entre el cuadro y su autor, con sana espontaneidad, exclamó: ¡es exacto, la misma cara, las mismas orejas…! En su boca cobraban vida las palabras que emanaban de su gran corazón dándole significado sin adornos rocambolescos, con esa gran sencillez que le caracterizaba.

El pintor le miró con súbdita sorpresa. Sentía complejo de orejas, más que de grandes, de despegadas del rostro. Yo me reía a grandes carcajadas. ¿Para que engalanar de palabras lo que los ojos ven con desnudez? Cuando está frente al óleo, suele sonreírse.

A su mente acude el recuerdo de la amada María. Guarda más recuerdos de esta entrañable persona, nacida, desarrollando parte de su vida, en la cuenca del Almanzora. “Mi adorada, no menos respetada, María T.”, pensaba.

Piensa que le debe mucho a María. Esta mujer sencilla, le enseñó muchas cosas con su noble actuar. Cree quedarse corta a la hora de ensalzar sus buenas cualidades personales. Fue una gran mujer, luchadora, paciente, sumisa como las mujeres de su época, pero con ese desprendimiento de profunda alegría que nunca nadie pudo sesgar de su rostro, de sus bellos y brillantes ojos rasgados. Ni la sonrisa ni la ironía, en los momentos de dificultad que rondaba a su vida, desaparecieron nunca. Siempre encontraba una razón para vivir, una razón para amar, una razón para seguir adelante y hacer frente a toda dificultad. La única razón la encontró en sus cuatro hijos en un principio y después se fue fortificando con la llegada de cada nieto.

En el barrio donde vivió, donde la conoció, era respetada y querida por todos los vecinos. Allí vivó muchos años adaptada a las circunstancias sin olvidarse de sus vivencias en la cuenca. Evocaciones de infancia y juventud hacían que su rostro se iluminara aún más.

Un día decidió dejarnos. Su rostro no acusaba signos de cansancio. Se marchó dejando el recuerdo de su historia escrita en los renglones de sus huellas.. María fuiste todo un poema, musa de mis circunstancias y de mis miserias...fuiste mecenas.

martes, 2 de junio de 2009

Vamos a dormir I

Nuestro entretenimiento

Caminando por la era
me dirigí a lo sembrado
y la muy bruta de mí,
no miro por donde ando,
con mis muchos huesos fui
a caer en un barranco.
Me levanté muy segura
para seguir caminando,
el abuelo, con su burra,
que salaos había segado
traía en las aguaeras
el fruto de su trabajo.
“El Piulo” le esperaba,
había cogido un atajo
para antes de ir almorzar
echar con él un rato.
Mira por donde viene
la nena saltando,
le dijo con alegría
y un tanto asombrado.
Parece un saltamontes,
crece libre en el campo,
veremos en un periquete
que va a hacer este diablo.
Me dirigí al abuelo,
tiré a la burra del rabo,
y para su desconsuelo
la burra respondió coceando
tirando la carga al suelo
y el abuelo muy enfadao
me obligó a recoger
aguaeras y salaos.
Me mandó para el cortijo
cuesta arriba, iba sudando,
me prohibió bajar al río,
castigo me tenía ganado
sin comprender el motivo
por el que vino el enfado.

lunes, 1 de junio de 2009

Quiero verte feliz

Para tí


Si tú ríes yo reiré también.
Si sufres sufriré en silencio
mirando hacia el infinito
mientras el cielo contemplo.

Quiero verte feliz
recorriendo el universo
y en la distancia siempre
haré realidad ese sueño.

Entre jazmines, entre rosas,
entre dulces sentimientos,
brotará toda esa paz
que sembraste sin quererlo.

Acaricio la guitarra
con pasión, sin tormento,
dejando que fluya el sonido
sobre la piel de mi cuerpo
cuando tímidamente
la acaricio con mis dedos
y se mueven mis pies
al ritmo del taconeo
al unísono del corazón,
entre latidos de silencio.

Aprecio tu mano fuerte,
tus silencios los aprecio,
y sabré apreciar siempre
despertares de momentos
que quedaron en amaneceres
de despertares inciertos.

Ríete, chiquillo, …
escuchar tu risa quiero,
tu risa me hará feliz,
me cubrirá de sosiego.