Esta noche cálida,
la brisa plácida del recuerdo
me envuelve con tu serenidad.
Cierro los ojos,
rebuscando en mi memoria
me acerco al balcón
que se alza expectante sobre el patio
y desde el puedo divisar La Muela.
Hoy es tu cumpleaños,
no lo he olvidado, Manuela.
Avanzo más en las vivencias
y escucho el sonido
del reloj de pared al marcar las horas,
veo tu rostro afable,
observo tu mirada dulce y sincera
capaz de ser buena madre
con todos tus hijos,
acogedora de extraños
con esa serenidad que ofrece la vida
y otorgan los muchos años.
Llegué un día, fue casualidad,
tu casa fue mi casa
con ese calor de hogar
que desprende tu presencia,
tu alma noble, tu bondad.
lunes, 4 de mayo de 2009
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2 comentarios:
Muy bonita. Sigue así. Gracias por acordarte de ella. Besos.
Manuela hija
Hola Manola,
No me tienes que dar las gracias. En todo caso, las gracias se las debo yo a la vida por haberos conocido y sobre todo por disfrutar de la hospitalidad que me brindaron tus padres. Siempre me sentí como un miembro más de la familia y así permanece ese sentimiento.
Un abrazo
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