Déjame, por favor, que sea yo
quien esta noche te cuente
el cuento que tanto anhelas,
el cuento que tanto quieres.
En un susurro de voz
entonando la lectura
te haré vivir ese cuento
vivenciando aventuras
reales, sin encubrimiento.
Pero antes de leértelo
déjame que te transcriba
lo que murmura el silencio
sobre la razón perdida.
Déjame que yo te cuente,
déjame que yo te diga
la causa de que se ausente
la chispa de la ironía.
Después de descubrir silencios
de laberintos existenciales
del difícil sentimiento,
salteadas las dificultades,
te contaré ese cuento.
Planeará la sonrisa
como gaviota en el cielo
de un mar donde la brisa
es calidez de un “te quiero”.
Cuando te duermas, mi niña
yo vigilaré tu dulce sueño
cuidando que no interfiera
nadie, nada, en tu silencio.
Mientras duermes,
la aureola de tu pelo
retiraré de tu cara
con la calidez de un beso.
No romperé el silencio,
tu respiración acompasada
la observaré en tu pecho
y por ser parca en palabras
no diré…¡cuánto te quiero!
miércoles, 6 de mayo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
mi querida amiga, como de costumbre ¡precioso, tan lindo que si se pudiera poner música sería una maravillosa nana!
Un beso Diorella.
Diorella, gracias por tu comentario y sobre todo gracias por leerme.
Un abrazo
Publicar un comentario