Esto es amor

Tu mirada serena me envuelve,
me transporta a eternas primaveras
de jazmineros en flor,
a los pétalos de rosas
del jardín de la pasión.
Mientras, yo salto a la comba,
al ritmo del corazón,
y el volar de mariposas
cosquillean con ardor
en un recorrer mi cuerpo
con frenesí, con amor.
Déjame que yo te quiera
traspasando las fronteras
de la misma educación,
déjame que yo te quiera,
galope de corazón
que palpita entre las venas
suspirando por amor.
Guarda silencio, mi vida,
que silencio guardo yo,
ya entona una seguirilla
ese flamenco cantor.
Recorre el río por la orilla
con su desgarro de voz
y acompaña la guitarra
con quejío a su canción.
Déjame que yo te quiera
con arte desde el corazón,
serás la fuente primera
que llegue a probar mi amor,
me tornaré primavera,
seré jardín siempre en flor
enredadera en tus brazos
en una creciente pasión.
Déjame que yo te quiera
que libre me siento yo
al quererte de esta manera
chiquillo ¿esto es amor?

As.i te veo

No me digan que es tonta
la musa que inspira mis rimas,
la quiero con gran ternura
por su paciencia divina
y por saber estar a la altura
de circunstancias precisas.

Te quiero porque te quiero.
siempre te quise mi niña,
adicta soy a esos pétalos
y a la flor de tu sonrisa.

No creas que yo te miento,
yo con mentiras no ando,
pero puede que lo que siento
lo exprese sin cuestionarlo.
Solo es un sentimiento
que anda huella dejando.

Te quiero

En el transcurrir del tiempo
cuánto mas profundizo, observo,
avanzando en descubrimientos
un halo de multicolores sensaciones
hace que tu imagen sea nítida
a través de mi pensamiento.
Tu imagen, reflejada en el espejo
profundo de la palabra,
como rocío de madrugada
va calando en mi alma
como en la tierra labrada
calan las gotas de agua.
Florecen los sentimientos
de forma lenta, sosegada,
me sorprende no sentir miedo,
ni intriga al llegar el alba.
Llegas como cálido suspiro
sembrando la paz deseada,
presiento que te he querido
desde siempre, desde la infancia,
desde que acudía al río,
cuando con sirenas soñaba.
¿Es amor? ¿Es cariño?
¿Es de todo?… ¿mezcolanza?
Son las gotas de rocío
que convertidas en palabras
recalan en mis escritos
por esa paz encontrada.
Mirando hacia las estrellas
presiento tu mirada
y exhalando un suspiro
vivo mi cuento de hadas,
porque soñando, amigo,
la felicidad me embarga.

El Ciego de la Playa

No temas, aún te respeto,
le dijo la malva silvestre
al verde y florecido romero
que creyendo estar ausente
era líder de pensamiento.

Y cantaron los jilgueros
sobre romeros en flor
sintiendo que los romeros,
simiente de trovador,
en el campo florecieron
entre rimas por honor.

Me callo lo que te quiero,
no quiero silencio romper,
brisa de la madrugada,
lucero del amanecer,
era “El Ciego de la Playa”,
un amante trovador
que con el alma trovaba.

Yo que conservo raíces
de la trova de esta España
mi homenaje sin directrices
es para “el Ciego de la Playa”
voz de pueblo, voz valiente,
capaz de dibujar con palabras
las vivencias de la gente.

Mano a mano la guitarra
con sus cuerdas acompañaba
los diapasones de rimas
exhaladas por gargantas
que denunciaban la vida
de campesinos de España.

Retazos de rima

La rima que se utiliza
como arma de doble filo
se convierte en ceniza
cuando no existe motivo.

Calle arriba, calle abajo,
se pasean los suspiros,
a la rima un badajo
le hirió con su delirio.

La rima en su fluir
va levantando castillos
también en su devenir
destruye lo construido.

Ya se silencia la rima
no llora, no conviene,
en el campo el sol inclina
sus rayos solo por verte.

El agua corre muy libre
por los campos de ilusión,
la rima ya no está triste,
navega en el corazón.

Marinero de agua dulce
retazos de una canción
escuchas cuando fluye
el barco de tu ilusión.

El jilguero ya cansado,
está ronco de cantar,
dice que no tiene amo
y vuela en libertad.

Nadie crea que se cansa
la conciencia de luchar
por lo que justo crea
nadie la podrá callar.

Dami

Para D.S de R

Dami es una señora
de una avanzada edad
tiene el mar por eslora
y por timón la bondad.

En su mente las estelas
de la lucha y el trabajar
se funden en alma plena
en declive de su edad.

Lejos queda la emigración,
retazos de historia amarga
que curtió a su corazón,
brote de sosegada palabra
que expresa con pudor
la historia esa, ya pasada,
que con el tiempo forjó
y dejó en ella marca.

Su rostro es mezcolanza
de lirios, flores silvestres,
que en espejo se reflejan
como cuerpos celestes
a través de su mirada
dulce y trasparente.

Un ramito de jazmines
da calidez a su estancia
recuerda tiempos felices,
también las horas amargas.

Ella, que es feliz, vive
minutos y circunstancias
procurando con matices
de su sosegada alma
arrancar esas sonrisas
en las personas amadas.

Aguerrida y valiente es
como buena castellana,
como madre es un placer
que el destino otorgara
a esos hijos nacidos
de sus profundas entrañas
y como abuela también es
una joya muy preciada.

Me gusta verte faenar
en la vida con tu barca,
vas sembrando felicidad
con una sonrisa amplia

Soñar no cuesta

Solo de pensamiento a pensamiento sin intervenir nadie que haga de persona mediadora
"Cuantas veces yo
decidí marcharme
pero mi corazón
nunca pudo olvidarte.
Cuantas veces yo
pensé lo inimaginable
escuchando una canción
fluctuando por el aire."




Los sueños, sueños son,
el soñar no daña a nadie
hay quien sueña sin razón
y quien sueña realidades
que al final solo son
tibiezas para soledades.

Siento tu mano tendida
cálida y reconfortante,
a veces la siento herida,
otras cerca y distante
como si tuvieses miedo
a que la herida te sangre.

Voy a beberme la vida
aunque bebiendo tragante
esa pasión compartida
por una libertad errante.

No tengas miedo, no temas,
te busco en atardeceres
en las noches de luna llena,
te hallo en todas las lunas,
te veo entre las estrellas.

Me he despojado de todo,
de orgullo y de resentimientos,
pues el penar es un lodo
que nos lleva al sufrimiento.

Sobra en este monólogo
el decir cuánto te quiero
de la forma, de manera,
que queramos querernos.

Volveré esta noche,
observando las estrellas,
a desear ese derroche
de tu voz de primavera.

El Almanzora

La guitarra ya suena
en un atrevido eco
que se desliza por la cuenca
hasta llevar a sus pueblos
las notas de esas sus cuerdas
que, entre los tímidos dedos
del músico que la acaricia,
va activando los recuerdos.
Suena al ritmo del agua
caudal del latir sincero
de un corazón de lluvia
para los campos de riego.
El Almanzora en su cauce,
escucha, está rugiendo,
los campesinos se agrupan
no pueden ponerle freno
y Cuevas hasta resiste
con su mirada hacia el cielo
de las aguas el embiste
con un profundo silencio.
La Terrera está triste,
de gris, como oscuro cieno,
se tatúa la Almagrera,
sus minas andan durmiendo.
Por no vestirse de luto
los trovadores crecieron
arrancando la sonrisa
de las almas de su tiempo
rimando por los cortijos
en noches frías de invierno,
en reunión con sus vecinos
no obviaban sus miserias
al calor de llama y fuego,
lo que parecía una juerga
solo era en cuestión
una forma de defensa
en contra de la represión.
Aprendió mucho de ellos,
mucho de su condición
de ciudadanos plebeyos
capaces de alzar su voz
entre juerga y cachondeo,
bandera del español.
Eran esos trovadores,
fruto de cuenca minera,
los mejores cantaores
de sus llantos y miserias.

Déjame que te cuente

Déjame, por favor, que sea yo
quien esta noche te cuente
el cuento que tanto anhelas,
el cuento que tanto quieres.

En un susurro de voz
entonando la lectura
te haré vivir ese cuento
vivenciando aventuras
reales, sin encubrimiento.

Pero antes de leértelo
déjame que te transcriba
lo que murmura el silencio
sobre la razón perdida.

Déjame que yo te cuente,
déjame que yo te diga
la causa de que se ausente
la chispa de la ironía.

Después de descubrir silencios
de laberintos existenciales
del difícil sentimiento,
salteadas las dificultades,
te contaré ese cuento.

Planeará la sonrisa
como gaviota en el cielo
de un mar donde la brisa
es calidez de un “te quiero”.

Cuando te duermas, mi niña
yo vigilaré tu dulce sueño
cuidando que no interfiera
nadie, nada, en tu silencio.

Mientras duermes,
la aureola de tu pelo
retiraré de tu cara
con la calidez de un beso.

No romperé el silencio,
tu respiración acompasada
la observaré en tu pecho
y por ser parca en palabras
no diré…¡cuánto te quiero!

Manuela

Esta noche cálida,
la brisa plácida del recuerdo
me envuelve con tu serenidad.
Cierro los ojos,
rebuscando en mi memoria
me acerco al balcón
que se alza expectante sobre el patio
y desde el puedo divisar La Muela.
Hoy es tu cumpleaños,
no lo he olvidado, Manuela.
Avanzo más en las vivencias
y escucho el sonido
del reloj de pared al marcar las horas,
veo tu rostro afable,
observo tu mirada dulce y sincera
capaz de ser buena madre
con todos tus hijos,
acogedora de extraños
con esa serenidad que ofrece la vida
y otorgan los muchos años.
Llegué un día, fue casualidad,
tu casa fue mi casa
con ese calor de hogar
que desprende tu presencia,
tu alma noble, tu bondad.

Tu petición

Me extraña tu petición,
tu nunca me pediste nada,
pero voy a acceder,
a lo que pides, encantada.
Me quedo en este rincón
saciando mi sed de calma.


Soy como ese río,
a veces seco, otras con agua,
voy recorriendo mi lecho
con las vivencias del alma
y cuando tengo un tropiezo
te busco a ti, acudo a Ana,
para curar esas heridas
de mi mente atormentada.
Siempre me hago fuerte
al escuchar la guitarra
con su sonar indolente
de melodía dulcificada.
Retomo el curso de mi vida
entre las tranquilas aguas
que cuando llegan a la orilla,
junto a la mar salada,
se confunden en un beso
por medio de la palabra.
Silencio, escuchad,
que las sirenas cantan
un himno de fidelidad
y siento en mi garganta
cuerdas vocales vibrar
al ritmo de olas de plata
de mi guitarra de mar.