El judío en su pregón
dictaminó sentencia
así actúa el corazón
al silenciar las letras.
Tiempo al tiempo, sin quimeras,
que el camino que se ha andado
se desanda de igual manera,
y todo quedará reflejado
en tus pasos, en las huellas.
Silencio que se bebe a tragos
por causa más que ajena,
suelen ser tragos amargos
tras preguntas sin respuesta.
Cuando quise no quisiste,
la decepción se hizo tormenta,
has de saber que no existe
aunque quererte quisiera
fuerza que me haga servirte
a condición de sentirme ramera.
La decepción… decepciona
cuando te ponen cadenas
por cometer el delito
de tener confianza plena
en extraño meteorito
disfrazado de planeta.
El judío con su pregón inocente
proclama ser alma buena,
tiempo que en querer se pierde
nunca nadie recupera,
por mucho, por más que lo intente,
verá como desespera
por esas promesas indolentes
de falsedad de conciencia.
sábado, 31 de enero de 2009
viernes, 30 de enero de 2009
Tu pena
Las flores han esparcido
sobre tu alma su aroma
y con ese olor, divino,
en tu volar de paloma
muchos valores he visto
que a tus huellas honran.
El negro de tu pelo negro,
el negro de tu pena amarga,
el negro de tu negra camisa
y esas silenciadas lágrimas
convertidas en riachuelos
al deslizarse en tu cara
han hecho que respondiese
con dulzura en mi mirada.
Siendo negra tu vestidura
me embriagabas con tu alma,
tus ojos como dos luceros
con luz natural brillaban.
Dirán que el tiempo es perdido,
dirán que no aprendiste nada,
deja lenguas correr sin sentido
cuando pronuncian palabras…
solo quieren verte herido
y por eso contra ti batallan.
Pena negra, negra pena,
manantial de tristes lágrimas,
un amor se hizo poema
dejando huella en tus pestañas.
Como amarga la vida
cuando el amor se escapa
el fuego se torna hielo
y la vida ya no es nada.
Me he saltado la norma,
he regresado a mi infancia,
y como saltaba a la comba
he recorrido distancias.
Negra vestidura la tuya
como la pena de tu alma
pero un rayo de luz de luna
encontré en tu mirada.
sobre tu alma su aroma
y con ese olor, divino,
en tu volar de paloma
muchos valores he visto
que a tus huellas honran.
El negro de tu pelo negro,
el negro de tu pena amarga,
el negro de tu negra camisa
y esas silenciadas lágrimas
convertidas en riachuelos
al deslizarse en tu cara
han hecho que respondiese
con dulzura en mi mirada.
Siendo negra tu vestidura
me embriagabas con tu alma,
tus ojos como dos luceros
con luz natural brillaban.
Dirán que el tiempo es perdido,
dirán que no aprendiste nada,
deja lenguas correr sin sentido
cuando pronuncian palabras…
solo quieren verte herido
y por eso contra ti batallan.
Pena negra, negra pena,
manantial de tristes lágrimas,
un amor se hizo poema
dejando huella en tus pestañas.
Como amarga la vida
cuando el amor se escapa
el fuego se torna hielo
y la vida ya no es nada.
Me he saltado la norma,
he regresado a mi infancia,
y como saltaba a la comba
he recorrido distancias.
Negra vestidura la tuya
como la pena de tu alma
pero un rayo de luz de luna
encontré en tu mirada.
miércoles, 28 de enero de 2009
Querido abuelo
Te quise porque te quise,
no me movió hipocresía,
tú que me conociste
sabes mi andar en la vida.
Tu reloj ya se ha parado,
el destino es así,
sones de muerte han sonado
cerca del río Genil.
Te quise porque te quise,
hoy abrazo tu recuerdo,
me recordabas, ¡que triste!
la historia y tus desvelos.
Trenes iban y venían,
permanecerá el recuerdo
de esa pequeña niña
de pelo de terciopelo.
Que descanses en paz
en ese tu estado nuevo
y desde mi alma te digo:
“no sabes cuánto te quiero”.
Descanse en paz mi maestro
de esa historia perdida
entre amores y tormentos,
por ideales luchaste en vida…
como te quiero, abuelo.
no me movió hipocresía,
tú que me conociste
sabes mi andar en la vida.
Tu reloj ya se ha parado,
el destino es así,
sones de muerte han sonado
cerca del río Genil.
Te quise porque te quise,
hoy abrazo tu recuerdo,
me recordabas, ¡que triste!
la historia y tus desvelos.
Trenes iban y venían,
permanecerá el recuerdo
de esa pequeña niña
de pelo de terciopelo.
Que descanses en paz
en ese tu estado nuevo
y desde mi alma te digo:
“no sabes cuánto te quiero”.
Descanse en paz mi maestro
de esa historia perdida
entre amores y tormentos,
por ideales luchaste en vida…
como te quiero, abuelo.
martes, 27 de enero de 2009
Reflexión en rimas cortas III
Reflexiono contigo, tu alma deambula por mi habitación. Dame tiempo
Me tendiste un cable
cuando mucho lo necesité,
repetidas las circunstancias
en que tu ayuda rechacé
volvería, con prestancia,
a rechazarla otra vez.
………………………
Justificar la muerte
es marear la perdiz,
si tanta fe tienes
y cierto es tu sentir
en lo que defiendes
con argumento pueril
trasládate a ese frente
verás si eres feliz.
………………….
Si la lengua me buscas,
ya una trampa me urdiste,
yo no sé por qué me nombras
si caer a mí me viste
y tengo mucha memoria
para caer en deslices.
………………………..
La panacea de la moral,
planea sobre la conciencia,
cuando tanta es la falsedad
como es falsa la ética,
¿de qué me vienen a hablar?
Se mucho de las miserias,
mejor, cerrar la boca, callar,…
nunca hay que hablar a ciegas.
……………………….
Pastor que tiene rebaño
ha de cuidar sus ovejas,
ha se ser pastor sabio,
pues oveja que se aleja
le echa a pique el trabajo.
Me tendiste un cable
cuando mucho lo necesité,
repetidas las circunstancias
en que tu ayuda rechacé
volvería, con prestancia,
a rechazarla otra vez.
………………………
Justificar la muerte
es marear la perdiz,
si tanta fe tienes
y cierto es tu sentir
en lo que defiendes
con argumento pueril
trasládate a ese frente
verás si eres feliz.
………………….
Si la lengua me buscas,
ya una trampa me urdiste,
yo no sé por qué me nombras
si caer a mí me viste
y tengo mucha memoria
para caer en deslices.
………………………..
La panacea de la moral,
planea sobre la conciencia,
cuando tanta es la falsedad
como es falsa la ética,
¿de qué me vienen a hablar?
Se mucho de las miserias,
mejor, cerrar la boca, callar,…
nunca hay que hablar a ciegas.
……………………….
Pastor que tiene rebaño
ha de cuidar sus ovejas,
ha se ser pastor sabio,
pues oveja que se aleja
le echa a pique el trabajo.
domingo, 25 de enero de 2009
Silencio
-“Dime que haces, morena,
dime a que te dedicas,
sentada junto a la fuente,
con la mirada perdida”.
-“Miro el agua correr,
en su fluir, cristalina,
la sombra de un ciprés
del calor me cobija”.
Hay silencio en la ciudad,
toques de queda ensayan.
Cantando van las sirenas
un himno a la libertad.
En su correr, la pena,
es consuelo sin mas,
van escarbando raíces
en busca del verbo amar
y se encuentran con deslices
que no saben conjugar.
Sentada bajo un ciprés
al pensar en la amistad
decide sumergirse en olas
junto a sirenas del mar
y sigue el curso cristalino
del agua del manantial.
dime a que te dedicas,
sentada junto a la fuente,
con la mirada perdida”.
-“Miro el agua correr,
en su fluir, cristalina,
la sombra de un ciprés
del calor me cobija”.
Hay silencio en la ciudad,
toques de queda ensayan.
Cantando van las sirenas
un himno a la libertad.
En su correr, la pena,
es consuelo sin mas,
van escarbando raíces
en busca del verbo amar
y se encuentran con deslices
que no saben conjugar.
Sentada bajo un ciprés
al pensar en la amistad
decide sumergirse en olas
junto a sirenas del mar
y sigue el curso cristalino
del agua del manantial.
lunes, 19 de enero de 2009
Podrá ser
En un campo en flor,
entre sus estambres,
con mucha desolación
he visto rodar las lágrimas
de la injusticia, del hambre.
Dormido quedó el sol,
la luna lleva turbante,
sus lágrimas sosegadas
van a caer a los mares.
Iluminada anda Gaza,
recibe luz de Israel
al son de bomba y metralla,
todo por la hegemonía
piensan almas puritanas
que van defendiendo vida,
no con hechos… son palabras.
La luna, qué triste está,
también, herido el sol, anda,
las imágenes que vemos son
para no alejar la mirada
y que: ¡basta ya de guerras!
salga de nuestras gargantas.
La luna lleva turbante negro,
el alma se le desangra,
el sol herido de muerte
no se explica lo que pasa.
Mientras muere la gente
entre el glamour de ficción
de naciones indiferentes
que venden armas sin razón
para vivir de la muerte.
Cuándo cesen las sirenas
de anunciar muerte, alarma,
cuándo lo importante sea la vida,
cuándo no haya risas empañadas
seguro que volverá a ser feliz
nuestra luna, luz de plata,
el sol alumbrará al planeta
con sonrisa alegre y amplia
entre sus estambres,
con mucha desolación
he visto rodar las lágrimas
de la injusticia, del hambre.
Dormido quedó el sol,
la luna lleva turbante,
sus lágrimas sosegadas
van a caer a los mares.
Iluminada anda Gaza,
recibe luz de Israel
al son de bomba y metralla,
todo por la hegemonía
piensan almas puritanas
que van defendiendo vida,
no con hechos… son palabras.
La luna, qué triste está,
también, herido el sol, anda,
las imágenes que vemos son
para no alejar la mirada
y que: ¡basta ya de guerras!
salga de nuestras gargantas.
La luna lleva turbante negro,
el alma se le desangra,
el sol herido de muerte
no se explica lo que pasa.
Mientras muere la gente
entre el glamour de ficción
de naciones indiferentes
que venden armas sin razón
para vivir de la muerte.
Cuándo cesen las sirenas
de anunciar muerte, alarma,
cuándo lo importante sea la vida,
cuándo no haya risas empañadas
seguro que volverá a ser feliz
nuestra luna, luz de plata,
el sol alumbrará al planeta
con sonrisa alegre y amplia
sábado, 17 de enero de 2009
Feliz Cumpleaños
Ya eres ser adulto,
así lo dice tu edad,
nada llevas oculto…
signo de debilidad
pensará quien en refugio
esconde su mezquindad.
Eres la fuerza de toro
de esa piel de nuestra España
pues siendo un feto tan solo
contra la muerte luchabas.
Tú ganaste la partida,
niña, tu la ganabas,
cuanta fuerza hay en tu voz,
cuanta fe, cuanta esperanza,
cuando intentas comprender
lo que el futuro enmascara
y de tus labios sensuales
una sonrisa se escapa
al decirme: “te cantaré,
como cantó Víctor Jara”.
Y tu voz rompe el silencio
hasta desgarrarse el alma
cuando acompaña a las cuerdas
de esa melódica guitarra.
Nunca te dije te quiero,
nunca lo demandabas,
nuestro arrullo era el silencio
en complicidad de miradas
Recuerdo que me sorprendiste
cuando en rimas te expresabas,
me sorprendiste al entender
todo el arte que encerrabas
al son de las castañuelas
que entre tus manos cantaban.
Me sorprendió tu capacidad
al ver como plasmabas,
con pinceles en blanco lienzo,
esa realidad vivida
vista desde tu infancia soñada.
Me dije: esta es la niña
capaz de brillar al alba
como brillan los luceros,
con esa dulce mirada
de sus bellos ojos negros,
con esa melena larga
negra, de terciopelo,
que hace bribar a olas
orilla fuera, mar adentro.
Cuanto te quise de niña,
como adulta…mas te quiero.
así lo dice tu edad,
nada llevas oculto…
signo de debilidad
pensará quien en refugio
esconde su mezquindad.
Eres la fuerza de toro
de esa piel de nuestra España
pues siendo un feto tan solo
contra la muerte luchabas.
Tú ganaste la partida,
niña, tu la ganabas,
cuanta fuerza hay en tu voz,
cuanta fe, cuanta esperanza,
cuando intentas comprender
lo que el futuro enmascara
y de tus labios sensuales
una sonrisa se escapa
al decirme: “te cantaré,
como cantó Víctor Jara”.
Y tu voz rompe el silencio
hasta desgarrarse el alma
cuando acompaña a las cuerdas
de esa melódica guitarra.
Nunca te dije te quiero,
nunca lo demandabas,
nuestro arrullo era el silencio
en complicidad de miradas
Recuerdo que me sorprendiste
cuando en rimas te expresabas,
me sorprendiste al entender
todo el arte que encerrabas
al son de las castañuelas
que entre tus manos cantaban.
Me sorprendió tu capacidad
al ver como plasmabas,
con pinceles en blanco lienzo,
esa realidad vivida
vista desde tu infancia soñada.
Me dije: esta es la niña
capaz de brillar al alba
como brillan los luceros,
con esa dulce mirada
de sus bellos ojos negros,
con esa melena larga
negra, de terciopelo,
que hace bribar a olas
orilla fuera, mar adentro.
Cuanto te quise de niña,
como adulta…mas te quiero.
viernes, 16 de enero de 2009
Con alma de payaso
Va buscando las huellas
de unos pasos andados
y en la historia se recrea
pisando lento, despacio.
La página de sus recuerdos
se abre cuan libro desempolvado
y al descifrar en él los trazos
cree que todo no es soñado.
Una sonrisa irónica
se refleja en sus labios.
Se mira al espejo del alma,
hace piruetas en el espacio,
ve como sigue la historia
día tras día avanzando.
Cómo le gustaría en su vida
el haber sido payaso,
crear un mundo de alegría
donde la risa es contagio.
Todos los días, alegre, acude
a su cita diaria de trabajo,
sueña, nunca sucumbe,
aunque tristeza va ocultando
porque sabe que la risa es
terapia que va cerrando
esas abiertas heridas
de corazones necesitados.
Tiene vocación circense,
tiene alma de payaso
y por la pista de vida se mueve
para risas ir arrancando.
de unos pasos andados
y en la historia se recrea
pisando lento, despacio.
La página de sus recuerdos
se abre cuan libro desempolvado
y al descifrar en él los trazos
cree que todo no es soñado.
Una sonrisa irónica
se refleja en sus labios.
Se mira al espejo del alma,
hace piruetas en el espacio,
ve como sigue la historia
día tras día avanzando.
Cómo le gustaría en su vida
el haber sido payaso,
crear un mundo de alegría
donde la risa es contagio.
Todos los días, alegre, acude
a su cita diaria de trabajo,
sueña, nunca sucumbe,
aunque tristeza va ocultando
porque sabe que la risa es
terapia que va cerrando
esas abiertas heridas
de corazones necesitados.
Tiene vocación circense,
tiene alma de payaso
y por la pista de vida se mueve
para risas ir arrancando.
miércoles, 14 de enero de 2009
La Araucaria
En un gran jardín de una casa del Pueblo, una araucaria, crecía majestuosamente. Soñaba con alcanzar la luna en las noches claras de un cielo cuajado de estrellas que, como diminutos brillantes, lucían sobre el manto negro circundando a la reina estelar que cambiaba de imagen según las fases lunares.
El jardinero cuidaba celosamente, con mimo y con especial esmero, como si fuese su ángel protector, que nada ni nadie le pudiese dañar durante su crecimiento. La pequeña conífera crecía sana, fuerte, día tras día. Su tronco abrazado con firmeza a la tierra, una tierra que no era la típica del clima donde crecían sus hermanas, iba haciéndose más robusto sin perder la esbeltez propia de la familia a la que pertenecía. Su vestido, en forma de ramaje, le daba una vistosidad hermosa, cónica, de distintas tonalidades verdes. En el bajo, cerca de la tierra húmeda, el color verde era tan intenso como su salud, haciéndose cada vez mas claro, como un bello amanecer donde la luz del día se va intensificando, cuanto más se alzaba la mirada dirigiéndola hacia el punto de su cuello, donde los pequeños brotes eran de un verde brillante.
Con el paso de los años su belleza era incuestionable. Se convirtió en la señal indicativa para los peones, que faenaban en el campo, de que estaban cerca del Pueblo. Ellos caminaban cansados, comentaban después de la dura jornada de trabajo, con los morrales vacíos y con la esperanza de llegar pronto a sus respectivos hogares.
La familia, en los días de invierno, les esperaban con el calor tibio de un brasero enrojecido por las ascuas del carbón adquirido en casa del carbonero y que mantenían encendido por las sacudidas del pay-pay que el anciano abuelo había confeccionado con esparto. A veces la pleita, del mucho uso, ofrecía un aspecto descolorido, casi blanquecino, de deshilachado natural que no afectaba al fin para el que se había elaborado de forma artesanal. Cuando divisaban La Araucaria, sus ojos brillaban con la alegría de saber que el Pueblo estaba ya cerca. Pronto estarían sentados junto a una mesa donde esperaba un humeante plato con el que poder reconfortar ese estómago desconsolado por el cansancio de una larga y fría jornada y por los alimentos de un cesto preparado, esa misma madrugada, que con el paso de las horas se había ido enfriando. Se podrían calentar las manos, los pies doloridos. Llevan el cuerpo entumecido por el penetrante frío.
El jardinero cuidaba celosamente, con mimo y con especial esmero, como si fuese su ángel protector, que nada ni nadie le pudiese dañar durante su crecimiento. La pequeña conífera crecía sana, fuerte, día tras día. Su tronco abrazado con firmeza a la tierra, una tierra que no era la típica del clima donde crecían sus hermanas, iba haciéndose más robusto sin perder la esbeltez propia de la familia a la que pertenecía. Su vestido, en forma de ramaje, le daba una vistosidad hermosa, cónica, de distintas tonalidades verdes. En el bajo, cerca de la tierra húmeda, el color verde era tan intenso como su salud, haciéndose cada vez mas claro, como un bello amanecer donde la luz del día se va intensificando, cuanto más se alzaba la mirada dirigiéndola hacia el punto de su cuello, donde los pequeños brotes eran de un verde brillante.
Con el paso de los años su belleza era incuestionable. Se convirtió en la señal indicativa para los peones, que faenaban en el campo, de que estaban cerca del Pueblo. Ellos caminaban cansados, comentaban después de la dura jornada de trabajo, con los morrales vacíos y con la esperanza de llegar pronto a sus respectivos hogares.
La familia, en los días de invierno, les esperaban con el calor tibio de un brasero enrojecido por las ascuas del carbón adquirido en casa del carbonero y que mantenían encendido por las sacudidas del pay-pay que el anciano abuelo había confeccionado con esparto. A veces la pleita, del mucho uso, ofrecía un aspecto descolorido, casi blanquecino, de deshilachado natural que no afectaba al fin para el que se había elaborado de forma artesanal. Cuando divisaban La Araucaria, sus ojos brillaban con la alegría de saber que el Pueblo estaba ya cerca. Pronto estarían sentados junto a una mesa donde esperaba un humeante plato con el que poder reconfortar ese estómago desconsolado por el cansancio de una larga y fría jornada y por los alimentos de un cesto preparado, esa misma madrugada, que con el paso de las horas se había ido enfriando. Se podrían calentar las manos, los pies doloridos. Llevan el cuerpo entumecido por el penetrante frío.
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