Nos quejamos por todo,
cosas sin importancia,
mientras pulula en el aire
la desdicha, la desgracia,
en forma de sonrisa triste
en la boca de la infancia.
Es que tenemos ya vicio
de quejarnos por nada,
ciegos ante el suplicio
que alberga una tierna alma.
Hemos perdido el norte,
al ritmo de la avaricia,
destrozamos los valores
y reclamamos justicia.
No hay opción a elegir
el seno de la familia,
nacemos porque nacemos
con suerte o con desdicha,
convirtiéndose el nacer
en juego de lotería.
Las batallas no se pierden
si luchas con energía
y con fuerza alzas el vuelo
obviando la hipocresía.
Vuela alto, vuela lejos,
hazlo con ironía,
cuanto mas alto sea el vuelo
mas te sonreirá la vida,
se quitará ese velo
de tu mirada perdida
y brillarán como luceros
las ventanas de tu cara
al abrir tus ojos negros.
Vuela alto, vuela lejos,
las alas del corazón
agítalas con sentimiento
y ganarás las batallas
a pesar del mal tiempo.
Vuela alto, vuela lejos,
que el destino no es destino,
solo se trata de un cuento
y hay que vencer en caminos
espinas y sufrimiento.
miércoles, 10 de diciembre de 2008
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1 comentario:
Vuela alto, solo como tu sabes volar: vuela con libertad. Nunca bajes el vuelo.
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