La Araucaria tocó techo
como techo tocaron
su rimar y sentimientos
cuando a la fuerza truncaron
por polémica los versos.
Un río corre de ripios
por el arenal del lecho
mientras el corazón del río
intenta hallar consuelo.
Ya se va por donde vino,
tras la huella del silencio,
ni la Araucaria ni amigos
andan en edad de juegos.
La espera se hace larga,
el tiempo es analítico,…
Que silencien las palabras,
los actos hablan a gritos.
Ya se secó la Araucaria
tras los informes de expertos,
y pululan las hojarascas
por los rincones del pueblo.
Tras el otoño pintoresco
vienen las grandes nevadas
a cubrir de blanco el suelo
de una tierra añorada
que vive siempre en invierno.
Primaveras y veranos,
también otoños e inviernos,
políticos con empresarios
van haciendo estercoleros
de ciudades y ciudadanos
que les pusieron en el puesto.
La Araucaria no llora,
ya la Araucaria ha muerto,
junto a la tortuga mora
yace ya su inerte cuerpo.
Señor juez, rey de leyes,
yo acuso al cemento
que se apoderó de mentes
de políticos ineptos
que saben mentir a gentes
solo por sentirse dueños
del destino inminente
de las gentes de su pueblo
jueves, 3 de diciembre de 2009
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