domingo, 20 de diciembre de 2009

Solo meditaba

No podía ir a verle. No se sentía tan fuerte como para levantarle el ánimo. Pensó que lo mejor sería idear una disculpa. Se puso en ello y al final decidió no mentirle. Estaba harta de que le mintiesen y le escupiesen culpas ajenas a la cara. Odiaba las buenas palabras y los falsos ojos del Guadiana. Creía en la responsabilidad de los actos de las personas que se consideraban adultas y que proclamaban a los cuatro vientos conceptos de libertad, cuando estas palabras las veía condenadas por sus defensores al más oculto de los silencios, era entonces cuando se transformaba en un frío convencimiento de agnosticismo.

No cambiaría por cambiar, alguien le tendría que demostrar con hechos reales que andaba equivocada. Supo en su andadura de las distintas cataduras personales con las que se podía encontrar en su camino. Se puso el chubasquero de emociones y salió a la calle. Con él se sentía inmune a la pseudointelectualidad, a los falsos reproches de las almas que juegan a lo que no son. Era fuerte aunque sensible. Tan bien se conocía que supo poner un muro entre la realidad y lo ficticio. Cierto es que tardó tiempo en hacerlo, no quería herir, pero se quería tanto que al amanecer pensó: Todo es conocerse y hay quienes no saben ni siquiera que es lo que quieren.

Todo quedaba tan lejos y tan claro como una galaxia recién descubierta. Lástima que tardara tanto en descubrirla, en ello perdió su horizonte y dejó parte de sus convicciones. Tal vez nunca debió poner esperanzas en algo inexistente, tal vez andaba equivocada en sus planteamientos.

Corrió los visillos y por la ventana un haz de luz le hizo entornar los ojos, era un guiño al nuevo día,…. Nadie le vería llorar solo por desearlo.

Lejos, como un sueño dulce y cariñosamente recordado, quedaba una hoguera, una pluma sobrevolando la pradera y una red social hacia la deriva. Un hola y un adiós, agónicos como la mustia flor que perece en la planta que le vio nacer, quedaron impresos en retazos de batalla. Unas manos rociaron herbicida en el campo de su inspiración pero no lograron estrangular sus sueños. Se puso el chubasquero y con paso decidido se enfrentó a la lluvia de emociones enfrentándose al orgullo y al manejo del silencio.

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2 comentarios:

leo dijo...

hola, gracias por pasarpor miblog¡
agradezco tu comentario.
me ha gustado tu blog, y la forma de escribir llena mucho.
feliz navidad también para tí.
un beso

Vera (jarra 4 picos) dijo...

Gracias Leo. Para mí es un placer leerte. Es como seguir el susurro de un caudal que impregna todo con aroma de tierra fecunda, Cuando escribes dibujas la realidad profunda de los sentimientos.

FELIZ NAVIDAD y que el espíritu navideño nos acompañe durante todo el 2010.

Un beso