Se dirige hacia las estrellas,
huye de su tempestad
está bastante cansada
de andar solo por andar.
Préstale esa mano etérea,
ayúdale a caminar,
que se perdió en la vereda,
ya no sabe donde va.
De noche busca la luna,
de día no ve luz brillar,
entre danza de fantasmas
los segundos son eternidad.
Las buenas noches entre risas
se convirtieron en puñal,
los lirios en realidad eran espinas
que hicieron a su alma llorar.
Ya se aleja del camino
que nunca debió de andar,
de sus labios, un suspiro
rindió honor a la libertad.
viernes, 20 de febrero de 2009
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