En un tranquilo pueblo
de los que son de provincia
crece rizitos de fuego,
una guapísima niña.
Su cara es luz de sol,
su risa es fresca hierba,
los hoyuelos de su cara
enmarcan labios de fresa
cuando sonríe a la vida
con esa bella inocencia.
Ella, con su edad tierna,
arranca los sentimientos
mas puros, sin maleza,
en los corazones tristes,
embriagados de tristeza.
El arma es su risa alegre,
música de primavera,
con olor a múltiples flores,
fecunda como la tierra.
Si tuviese que definir
qué es la primavera,
yo tendría que decir
tu nombre…Daniela
miércoles, 23 de abril de 2008
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