La razón se batía
con el hecho de soñar,
lejos del bello mar
su mente en la lejanía
le impedía regresar.
Piensa en las gaviotas,
observa esa mar de sal,
en los peces plateados
que le quieren saludar.
Y los sueños se desatan
con potente torrencial
de agua de río revuelto…
la razón vencida está.
Ese olor a tierra húmeda,
ese olor a verde hierba,
olor de los limoneros,
olor de la hierbabuena,…
esa comida humeante
cocinada con leña,
esos juegos sin juguetes,
el contacto con la tierra,
con esas cosas sencillas
es con todo lo que sueña.
martes, 6 de octubre de 2009
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