Las palabras son como aguas
que no llevan a algún lugar,
son como hechos hueros
que nunca sus frutos dan.
Ritmo de cante flamenco,
vibraciones de guitarra,
cuerdas tensas en un hueco
hacen sonar dulces acordes
que tienen eco en un cuerpo
al compás de amaneceres
alentados por el sueño
de ardientes corazones
que buscan paz y consuelo.
Sedientos van de deseos
al compás de soledades,
repiques de taconeos,
bamboleo de ideales.
Unos ojos miran al cielo,
las estrellas tienen baile,
la luna por un lucero
exhala, de forma entrañable,
un suspiro que es pionero
en expresar lo inexpresable.
Se oye el eco del viento,
la danza es imparable,
va conquistando sueños,
libertades impensables.
Castañuelas de un te quiero
van rompiendo los silencios
en miles cristales pequeños
y unas alas de mariposas
intentan alzar el vuelo
para besar a la luna
y hacer realidad su sueño.
viernes, 3 de diciembre de 2010
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