De las penas, nadie hable,
guarden siempre el silencio,
lo afirma quien penas no tiene
ni sabe que es sufrimiento.
Las penas y sinsabores
son como ríos sangrientos,
las iglesias perdonasen
a quien rezan con ellos.
Una voz que sin delirio
publica sus sentimientos
es como abrir un libro
que grita su argumento.
Pero sabe que lo no escrito
son renglones inmaculados
que dejan a un libro limpio,
pastas y folios blancos.
Soñaba con sentimientos
puros y bastante bellos
pero supo que soñaba
cuando le hirieron ellos
justo al despertar el alba
y sentirse prisioneros.
Llamadas, silencios,
nunca preguntaba nada,
no quería saber de ellos
si a su alma relegaban...
solo le queda el silencio.
miércoles, 29 de febrero de 2012
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