No creáis que yo os olvido
ni que me siento olvidada,
la tierra de señoritos
siguen hiriendo entrañas.
No creáis que me olvidé
aunque esté a distancia,
me voy para luego aparecer
como hace el Guadiana.
El jardín no es tan florido,
no se huele a albahaca,
lo que lo mantiene vivo
son miradas a ombligos
por unas almas frustradas.
Cuarenta años de silencio,
y ahora coge las armas,
solo para escuchar el eco
de sus propias palabras.
Caballero de postín,
acompañado de dama,
parece un querubín,
no entiendo que les pasa.
Pero la vida, amigos, es así,
los trepas crecen y afianzan
cuidad no os silencien al fin
que eso es lo que ellos tratan.
Y se van por los escombros
queriendo levantar murallas,
vosotros os pondréis el mono,
vuestras manos ensangrentadas
trabajarán siempre entre lodos,
para que ellos ganen sus batallas.
Y me paseo por el jardín,
eclipse de amaneceres,
y me digo ¿voy a sucumbir
si es lo que pretenden?