martes, 1 de febrero de 2011

Un osito le regalaron por Reyes
lo deseaba y quería tanto
que por no saber de quereles
terminó por asustarlo.
La niña por los rincones
deja huellas con su llanto,
su corazón no entiende
que el osito esté asustado.
Al llegar la media noche
sueña con poder abrazarlo
y al amanecer entristece
por no tenerlo entre sus brazos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Un corazón anegado de sentimiento.

Anónimo dijo...

Precioso,expresa mucho en pocas palabras, me recuerda mi infancia, cuando mi madre queria regalarme una bici y mi padre no lo hizo.Animo y adelante, sigue escribiendo, Platón

Vera (jarra 4 picos) dijo...

Está dedicado a una niña que le pidió un oso de peluche a los Reyes Magos. El seis de enero tenía a su osito entre los brazos pero, lo quería tanto, que lo estrujó con sus diminutas manos. La niña le quería a su manera y aunque su intención era acariciarlo, para expresarle el amor que le tenía, terminó por destriparlo.

Alguna que otra generación hemos tenido carencias materiales y aquí estamos, soportando los envites de la vida y creyendo en un mundo mejor